miércoles, 16 de febrero de 2011

FC UNION BERLIN

Cabe la posibilidad que un día paseando por Catalunya te puedas cruzar con un joven con una camiseta del Ciudad, en su pecho, la leyenda “Against modern football”, este aficionado rojinegro nos adentra en la historia del FC Union Berlín. Nano, amante del fútbol modesto, descubrió la existencia de este equipo hace cosa de un año y medio, y quedó fascinado por su historia.

El club, se sitúa al este de Berlín, en el antiguo pueblo de Köpenick, hoy distrito de Berlín y antiguamente ubicado al este del Muro. Su afición, hace unos dos años, en una llamada de socorro del Club por hallarse éste sin financiación para la construcción de un nuevo estadio, acudió en masa en su ayuda y colaboró con amor y empeño en la construcción de su nueva casa. Un estadio del cuál se podría decir que tiene más valor que ninguno de los que podamos conocer. Cada cuál a su modo puso su granito de arena. Unos con horas de esfuerzo, otros aportando un poco de material en medida de las posibilidades de cada uno. La cuestión era sumar entre todos. El resultado hoy es un estadio precioso, con la fisonomía de un estadio inglés, al cuál los hinchas del Union acuden orgullosos al saber que es su casa, la de todos, por que bajo su cemento está su sudor. Es tan sólo éste un ejemplo de otros tantos, como el del año 2004, en el cuál sus aficionados donaron sangre para que los beneficios de dicha donación fueran destinados al Club.

Nano nos cuenta que fue el verano pasado la primera vez que vio en directo al Union en un partido contra el Deportivo de la Coruña. Su primera sorpresa fue la ubicación del estadio, al lado de un frondoso bosque. Miles de aficionados marchando hacia el estadio. Cánticos por doquier. Cervezas, bratwursts...fuera y dentro del estadio. Sin que el partido hubiera empezado miles de personas pueblan las gradas y cantan sin parar. Nano no daba crédito a tal ambiente en un amistoso de verano, confensando que es el mejor ambiente que jamás ha vivido en un campo de futbol hasta el momento tras el 3-3 final.

Su segunda visita fue a finales de enero, movido por el buen sabor de boca que le dejó su anterior visita no duda en acudir de nuevo a Berlin. Esta vez podrá acudir a dos encuentros, contra el Padernbor como locales y como visitantes al partido más esperado por los berlineses en años, el derby contra el Hertha de Berlín, después de coincidir este año con el Union en la Bundesliga 2.

Su primer encuentro es contra el Padernborn, rival directo por la permanencia.Bajo cero y allí están de nuevo, 12.000 almas llenando todo un gol y lateral, es una grada para estar de pie. Algunos huecos sin ocupar en el otro gol y en la tribuna, donde se encuentran los asientos. El Union pierde 0-2 y la semana siguiente es el derby, contra el Hertha de Berlín, que para colmo es el líder destacado de la segunda división alemana.

El sábado 5 de febrero llega el día esperado. Berlín se despierta con sabor a derby. Nano madruga para vivir el ambiente desde primera hora. El partido es a las 13.00, cercanías hasta Westend, y de allí a pie hasta el Olympiastadion, feudo del Hertha, en tan solo 45 minutos.

Tres horas para que de comienzo el partido y las calles aledañas al estadio ya están llenas de seguidores de ambos equipos. Más del Hertha, pues los de Union hicieron una “quedada” masiva en “Alexanderplatz”, centro neurálgico de Berlín, para acudir todos juntos en masa hasta la otra punta de Berlín. Impresionante fue verlos llegar, a pie, miles de hinchas del Union abarrotando la calle. Unas cervezas y para adentro.

Nano se sitúa en el gol conocido como “Ostkurve”, dónde se sitúan los hooligans del Hertha, aunque hubiese preferido ver el partido desde el otro bando.

Da comienzo el partido y las dos aficiones empiezan a animar. 75.000 personas en el estadio, lleno total. 20.000 de ellos son del Union. Pese a que la animación dónde se encuentra es bestial, en honor a la verdad, Nano afirma que los hinchas del Union siendo muchos menos, tienen una animación mejor y sin pausa.

A los pocos minutos el Hertha marcaba el 1-0. El Olympiastadion presagia una victoria cómoda para el equipo grande de Berlín. Pero antes del descanso, el colombiano Mosquera pone el empate a uno para el Union. Bengalas en el sector unionista, un espectáculo y delirio colectivo tan sólo por empatar.

El partido se reanuda después del descanso y después de estar todo bastante igualado, Torsten Matuschka, capitán del equipo Unioner, pone el 1-2 de falta. Por su ubicación no pudo celebrar los tantos, pero la sensación al ver aquella gente celebrar el gol de la victoria fue de éxtasis futbolero y máxima alegria.

Por un día, esa afición, esa gente, esos hinchas...se sintieron grandes. Vencieron a su particular “Goliath”.

Pese a la victoria, Nano explica que no les hace falta nada así para sentirse grandes, lo son por si mismos, por un amor y una pasión a un club difícil de encontrar hoy en día en el futbol modesto.

Moltes Graciès a Nano y como dice el grito de guerra de esta afición: EISERN UNION!!! (¡Unión de hierro!)

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