Trayectoria:
98-99 UE Vic Juv. ¿?/¿?
98-99 UE Vic (3) 1 / 0
99-00 UE Vic (3) 12 / 2
00-01 CE Júpiter (3) 37 / 14
01-02 UE Sant Andreu (3) 40 / 9
02-03 UE Sant Andreu (3) 40 / 13
03-04 FC Barcelona B (2B) 23 / 5
04-05 FC Barcelona B (2B) 12 / 0
05-06 Lesionado
05-06 At. Madrid B (2B) 0 / 0
05-06 At. Aviación (3) 14 / 2
06-07 AD Alcorcón (2B) 13 / 1
06-07 UE Figuéres (2B) 16 / 5
07-08 CD Benidorm (2B) ¿? / ¿?
98-99 UE Vic (3) 1 / 0
99-00 UE Vic (3) 12 / 2
00-01 CE Júpiter (3) 37 / 14
01-02 UE Sant Andreu (3) 40 / 9
02-03 UE Sant Andreu (3) 40 / 13
03-04 FC Barcelona B (2B) 23 / 5
04-05 FC Barcelona B (2B) 12 / 0
05-06 Lesionado
05-06 At. Madrid B (2B) 0 / 0
05-06 At. Aviación (3) 14 / 2
06-07 AD Alcorcón (2B) 13 / 1
06-07 UE Figuéres (2B) 16 / 5
07-08 CD Benidorm (2B) ¿? / ¿?
08-09 Gramanet
Comentario sobre su carrera deportiva:
Manel Expósito (Barcelona, 1981) conoció el vértigo del fútbol cuando estaba a punto de instalarse en la élite. Entonces, hace tres años, Manel no era Expósito, un goleador del Aviación, sino El Chino, un extremo de instinto, una de las más firmes promesas del fútbol catalán, en general, y del Baby Barça, en particular.
De aquella hornada de chavales, entre ellos Messi ("ya entonces no le quitabas el balón ni queriendo"), que Rijkaard hizo debutar con el Barcelona en un amistoso en Oporto el 17 de noviembre de 2003, Expósito fue el primero: entró en el minuto 17, por Luis García y mantiene, eléctrico, aquel primer recuerdo: "De pronto te ves ahí, con Carvalho o con Luis Enrique al lado...". También fue uno de los últimos: tras seis amistosos con el Barcelona se rompió el quinto metatarsiano del pie derecho. Le operaron, le dijeron que en tres meses estaría jugando, pero no volvió a hacerlo hasta año y medio más tarde, ya en el Aviación. "A los cuatro meses, cuando me levantaba de la cama tenía que agarrarme a la pared porque no podía ni andar", y describe el abismo, y cuenta como en su casa "se prohibió el fútbol".
Desde el abismo.
El tornillo introducido era demasiado grande y el callo que debía soldar, demasiado débil. El pie no curaba y dolía tanto como recordar los 150 goles que marcó en su primer año de fútbol o la época del Sant Andreu que provocó que Espanyol B y Figueres se lo disputaran durante meses, aunque se lo llevara el Barcelona B, por más de 60.000 euros. Fue el único fichaje. Y no defraudó. Le comparaban con Giuly. Hasta la lesión. "Cuando no juegas, te olvidan", valora tras una segunda operación, "de coleccionar más de 100 radiografías", de llegar cedido al Atlético este invierno para jugar en el B pero la necesidad de salvarse del Aviación le llevó de nuevo a Tercera, donde había debutado con 15 años. "Ahora veo por la tele a compañeros del Barcelona, ahí, en una final de Champions, y piensas que tú has estado ahí, con ellos". Su lesión alargó los plazos, pero no acabó con su carrera. "Cuando volví a jugar sin dolor, di gracias a Dios". Hoy mira al filial como objetivo. Quiere devolverle al Atlético el favor por recuperarle "para la élite cuando pensaba que este tren se había marchado"
De aquella hornada de chavales, entre ellos Messi ("ya entonces no le quitabas el balón ni queriendo"), que Rijkaard hizo debutar con el Barcelona en un amistoso en Oporto el 17 de noviembre de 2003, Expósito fue el primero: entró en el minuto 17, por Luis García y mantiene, eléctrico, aquel primer recuerdo: "De pronto te ves ahí, con Carvalho o con Luis Enrique al lado...". También fue uno de los últimos: tras seis amistosos con el Barcelona se rompió el quinto metatarsiano del pie derecho. Le operaron, le dijeron que en tres meses estaría jugando, pero no volvió a hacerlo hasta año y medio más tarde, ya en el Aviación. "A los cuatro meses, cuando me levantaba de la cama tenía que agarrarme a la pared porque no podía ni andar", y describe el abismo, y cuenta como en su casa "se prohibió el fútbol".
Desde el abismo.
El tornillo introducido era demasiado grande y el callo que debía soldar, demasiado débil. El pie no curaba y dolía tanto como recordar los 150 goles que marcó en su primer año de fútbol o la época del Sant Andreu que provocó que Espanyol B y Figueres se lo disputaran durante meses, aunque se lo llevara el Barcelona B, por más de 60.000 euros. Fue el único fichaje. Y no defraudó. Le comparaban con Giuly. Hasta la lesión. "Cuando no juegas, te olvidan", valora tras una segunda operación, "de coleccionar más de 100 radiografías", de llegar cedido al Atlético este invierno para jugar en el B pero la necesidad de salvarse del Aviación le llevó de nuevo a Tercera, donde había debutado con 15 años. "Ahora veo por la tele a compañeros del Barcelona, ahí, en una final de Champions, y piensas que tú has estado ahí, con ellos". Su lesión alargó los plazos, pero no acabó con su carrera. "Cuando volví a jugar sin dolor, di gracias a Dios". Hoy mira al filial como objetivo. Quiere devolverle al Atlético el favor por recuperarle "para la élite cuando pensaba que este tren se había marchado"
No hay comentarios:
Publicar un comentario