El Plan Bolonia ha sido implantado en la Universidad de Murcia de la forma más apresurada y precaria, sin contar para nada con la opinión de la comunidad universitaria. El rector, Jose Antonio Cobacho, negó desde el primer momento la convocatoria de cualquier consulta al respecto, limitando el debate sobre el nuevo plan a un claustro donde se aprobó una declaración descaradamente probolonia que obviaba los terribles problemas que su lógica mercantilista y la total falta de medios materiales para llevarla a cabo que sufríamos iban a traer. Dicha declaración fue presentada por el rector sin permitir la más mínima enmienda, planteándola como un “todo o nada” inamovible.
Tras ese claustro, Bolonia fue implantada en la gran mayoría de las Facultades de la UMU sin esperar a agotar el plazo máximo de proroga legal y en unas condiciones de absoluta precariedad fruto de los cambalaches del rector con gobierno regional y central, que le llevaron a aceptar, incluso con alabanzas, un plan de financiación que reflejaba plenamente el espíritu de “Bolonia a coste cero”, la filosofía que pretende convertir las universidades en centros de investigación para las empresas o entidades condenadas a la extinción por falta de presupuesto. A consecuencia de esto, la calidad de nuestra universidad se ha deteriorado a consecuencia de la masificación en las aulas, la falta de profesores y la acumulación irracional de trabajo sobre los hombros de alumnos y docentes en un sangrante teatro que pretende demostrar normalidad cuando la precariedad imperante impide cualquier aprendizaje.
El CEUM, durante este tiempo, se negó a convocar un referendum para los alumnos como se ha hecho en muchas otras universidades y no solamente se desentendió del problema apartándose de cualquier movilización o iniciativa de protesta, sino que en todas sus intervenciones y comunicados alabó la actitud del rectorado poniéndose incondicionalmente de su parte. En las jornadas de información sobre el nuevo plan que organizaron, la presencia de vicerectores y “representantes estudiantiles” que repetían milimétricamente el discurso del poder era asfixiante, quedando los críticos relegados a una presencia testimonial. José Mateos denunció todo esto en el forohttp://tribunadeljurista.foroes.net del que es administrador y exigió el fin del lacayismo que estaba pudriendo los únicos órganos de expresión que se conceden a los estudiantes.
En diciembre de 2008 (y también este año) el CEUM organizó unas “jornadas de representación estudiantil” en el Hotel Don Juan de Águilas (4 estrellas) que costaron dos millones de pesetas. Dichas jornadas se venían realizando desde hacía tiempo, pero siempre se había recurrido a albergues de mucho menor coste pero con las instalaciones precisas para celebrar los actos. Pues bien, el CEUM decidió alquilar dicho hotel, con todos los lujos que conlleva un establecimiento de tal nivel, así como una discoteca para celebrar una fiesta nocturna con dinero público y sin dar la más mínima explicación sobre por qué no habían escogido los locales económicos de años precedentes. Ese mismo año otras actividades que realmente eran de interés general, como un plan global de información sobre Bolonia, se realizaron de un modo chapucero y totalmente ineficaz debido a la falta de presupuesto, pues el grueso había sido dilapidado en las vacaciones enmascaradas. José Mateos denunció los hechos y reclamó que se investigara la regularidad financiera de las jornadas.
Finalmente, el presidente de la comisión de infraestructuras del CEUM grabó con cámara oculta a un empleado de la UMU (ayudante de jardinería) deficiente psíquico con la finalidad de burlarse de él, colgando posteriormente el video en youtube. José Mateos informó a la dirección del CEUM aportándoles todas las pruebas de dicho delito y exigiéndoles que tomaran medidas contra aquel sujeto sin obtener respuesta.
A raíz de las críticas vertidas por Jose Mateos en torno a estos hechos, el CEUM le denunció ante el rectorado alegando que, si bien no podía imputársele mentira, se habñia expresado con términos “formalmente injuriosos” y por esos insultos debía ser expulsado de la universidad. Las palabras “insultantes” fueron “vendidos” “siervos del rector” “mercenarios” “canallas” y “miserables” (éstas dos últimas proferidas cuando el CEUM se negó a expulsar al presidente de comisión que cometió el delito contra la imagen del empleado deficiente psíquico).
Ahora la fase de instrucción del expediente ha concluido y se pide un año de expulsión para José Mateos, quien se encuentra a un año de terminar el doctorado y leer su tesis. La expulsión podría hacerle perder los cursos y la beca de la que goza, todo ello tras un proceso fundamentado en una ley franquista y donde las irregularidades han sido constantes, hasta el punto de que una de las líderes del CEUM, Alba Rocamora, sabía dos semanas antes de la petición de pena qué día iba a producirse y cuál sería su contenido. De igual modo, José Mateos ha ofrecido aportar las pruebas pertinentes sobre el video ilícito y ha pedido al rectorado la documentación contable de las jornadas de representación estudiantil para que de una vez por todas se clarifique si fueron ilegales. Ambas peticiones de prueba le han sido rechazadas dejándole en la más absoluta indefensión.
Contra esta intolerable acción represiva se ha habilitado una hoja de firmas virtual pidiendo la absolución de José Mateos. http://spreadsheets.google.com/viewform?formkey=dHNORXhYb0JoeVJzeFl3aXhLbFRmQWc6MA&ifq Os animamos a que participeis oponiendoos a este intento de silenciar a quienes queremos cambiar las cosas.
¡LA CRÍTICA NO ES DELITO!
¡ABSOLUCIÓN DE JOSE MATEOS!
¡LIBERTAD EN LA UNIVERSIDAD!
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