lunes, 28 de septiembre de 2009

Racismo en el Ruiz de Lopera contra un jugador del F.C.Cartagena.


Cada vez que el jugador panameño del Cartagena Alberto Quintero tocó la pelota desde que entró al terreno de juego en el minuto 75, un coro de chimpancés comenzaba a bramar desde el Gol Sur del estadio bético. Nadie se lo recriminó, es más, los gritos simiescos parecían también provenir desde otros lugares del estadio.
Así que el colegiado del encuentro, Pino Montero, con buen criterio decidió parar el juego y advertir al delegado de campo de que de repetirse los gritos de los que todavía no han evolucionado (quizás sean el eslabón perdido de Darwin) el partido se suspendería y habría sanción ejemplar para el cuadro sevillano.
Lo mejor de todo, fue el anormal que esta al cargo de la megafonía del citado campo, que al pronunciar unas palabras para que dejasen esos gritos acabó la alocución con un "¡Yo digo lo que me dicen!", ante el abucheo de la afición bética. A ver si con un poco de suerte, también ha aprendido a leer, se mete en este blog y se tira por una ventana. No perderiamos nada el resto de la humanidad.
Es digna de mención la actitud de descerebrados que hacen el mono (en todos los sentidos) en su estadio para luego alabar a otros como Emaná y Odonkor, pero claro, es que esos visten nuestra camiseta. Coherencia 100%.
A ver que tal se desenvuelven los de la tristemente conocida "Comisión" en estas lídes contra clubs poderosos como el Real Betis. Probablemente la sanción sea inferior a la que pongan a un simple aficionado por hacer un corte de mangas o fumarse un porrito en el descanso de cualquier partido.

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