miércoles, 9 de septiembre de 2009

Entrevista a Antonio Campillo. Sacada de La Verdad

«En Murcia seguimos estando a la cola en todos los niveles de desarrollo: económico, social, cultural, medioambiental...», se lamenta el filósofo Antonio Campillo (Santomera, 1956), quien acaba de publicar El lugar del juicio (Biblioteca Nueva), al analizar el estado de la Región en la que vive sin resignarse a acomodarse en la apatía.

-Habla usted últimamente con preocupación de lo que denomina exilio murciano. ¿A qué se refiere?

-La situación política de la Región, donde se vive un claro déficit democrático, está provocando un exilio murciano, así es. Es un fenómeno del que se habla poco, pero que está ahí: muchos jóvenes, estudiantes, profesionales, artistas, investigadores, profesores universitarios, etcétera, se están marchando de Murcia. Hay un exilio murciano que no se encuentra a gusto con la situación política y social que se vive en la Región y que busca su futuro fuera de aquí.

-¿Cómo es la situación política de la que usted habla?

-El PP tiene la mayoría absoluta en la Asamblea Regional y en la práctica totalidad de los ayuntamientos. Vivimos en un régimen de partido cuasi único, en un régimen prácticamente absoluto.

-¿Y la oposición?

-La oposición del PSOE e IU es muy débil, como también lo es la oposición ciudadana, lamentablemente muy limitada. Se vive desde hace muchos años una situación de monopolio del espacio público por parte del partido gobernante.

-Así lo quieren los murcianos, que son los que votan.

-Sí, sí, por supuesto que sí, pero lo curioso de esta situación es que todos los problemas que tiene esta Región, empezando por los económicos, no se resuelven con este Gobierno. Podemos hablar de Economía, de Educación, de Cultura, de Medio Ambiente, de políticas sociales...; mires donde mires, la Región presenta unos indicadores muy bajos con respecto al conjunto de España, por no hablar de Europa. La paradoja es que eso no le supone ningún coste político al Gobierno regional. Los culpables de todos los problemas que sufren los murcianos siempre son otros: Zapatero, los catalanes, los manchegos...; es una situación idílica para el presidente Valcárcel, a quien nadie le pide que asuma responsabilidades por las cosas que hace o deja de hacer.

-¿Cómo es posible?

-Porque vivimos en una situación de irresponsabilidad instituida, organizada. Los ciudadanos de la Región no les piden cuentas a sus gobernantes.

-Por ejemplo.

-Tenemos una comunidad con un porcentaje altísimo de imputados por corrupción política -alcaldes, concejales, funcionarios, un ex consejero, varios altos cargos...-, lo cual da lugar a una situación bastante tremenda desde el punto de vista de la calidad democrática, y sin embargo en las últimas elecciones europeas esto no sólo no ha supuesto ningún coste político, sino que se ha producido un incremento del apoyo electoral al PP.

Corrupción
-Desde el PP se habla de persecución orquestada.

-Murcia es el mundo al revés. Mientras que en otras zonas de España o de Europa un político no aguantaría dos días en el cargo tras una imputación por corrupción, aquí no sólo aguantan, sino que se insulta y se descalifica a la Justicia, a la Policía, a las instituciones del Estado cuya función es, precisamente, velar por el cumplimiento de las leyes.

-¿Qué piensa?

-Es una situación que revela, desde mi punto de vista, y eso es lo más grave de todo, una gran falta de cultura cívica y política en la Región. Me parece muy grave, más allá de que haya algunos políticos corruptos o incompetentes, que tengamos una ciudadanía que no exige rendición de cuentas, ni actúa con responsabilidad. El Gobierno regional tiene competencias en muchísimos campos, pero actúa como si no se hubiese enterado.

-Ahora mismo, ¿qué observa?

-Ahora mismo, en esta coyuntura actual de crisis, vemos claramente que Murcia está sufriendo las consecuencias de la política del ladrillo más que el conjunto de España. Recordemos que en plena vorágine de la construcción, que se nos vendía como la gran panacea, el Gobierno regional sacaba pecho cuando Murcia crecía por encima de la media nacional y se atribuía el mérito. Ahora, comprobado que todo ese disparate no tenía futuro, que efectivamente era pan para hoy y hambre para mañana y que el castillo de naipes se ha caído, nadie asume responsabilidades, ni tampoco la ciudadanía murciana le exige nada a su Gobierno. Tenemos un nivel de paro altísimo y aquí resulta que nadie tiene la culpa, ¡salvo Zapatero! Es muy triste.

-Pero hablamos de una ciudadanía que vota, que no está al margen de la política.

-Claro, claro, ése es el problema: que a la mayoría que apoya al PP le pareció bien en su momento esa política del ladrillo a toda costa, incluyendo entre los costes sociales los niveles de abandono y de fracaso escolar más altos de España, entre otras cosas porque muchos chicos se iban a la construcción o a la hostelería. Es un disparate: ahora se dedican a hablarnos de la sociedad del conocimiento, del I+D+I (Investigación+Desarrollo+Innovación). ¿Cómo podemos pretender que Murcia se suba al carro de la sociedad del conocimiento cuando tenemos más de un 30% de adolescentes que no terminan la educación secundaria? Es absurdo.

-¿Qué más le sorprende?

-Por ejemplo: ¿Qué decir de esta curiosa unanimidad que se produce en Murcia y en el que participan las instituciones, los sindicatos, la patronal y muchos medios de comunicación? Desde el punto de vista democrático es muy preocupante, porque la salud de una sociedad democrática necesita del pluralismo, de la crítica, del debate, de la rendición de cuentas. Falta por todos lados cultura democrática en esta Región.

El ombligo del mundo

-¿Cómo se ha llegado hasta aquí?

-Para mí, la verdad, resulta difícil de comprender. ¿De dónde viene esta especie de conformismo social tan grande? ¿Dónde está la sociedad civil? Supongo que el analfabetismo cultural, que ha sido muy alto durante muchos tiempo, y que sigue siendo de los más altos de España, tendrá algo que ver.

-No hay duda de que el presidente Valcárcel es todo un líder.

-La paradoja está en que es un líder completamente irrelevante en cuanto se sale de la Región de Murcia. Otro problema que tienen los murcianos es el de su percepción de la realidad; en cuanto uno sale de la Región se da cuenta de que mucha gente vive aquí como en una burbuja.

-¿Cuál ha sido el gran acierto del presidente Valcárcel?

-Su gran acierto ha sido sintonizar con un estado de opinión de los murcianos y, sobre todo, crear una cierta identidad de murcianía que no existía; los murcianos, tradicionalmente, se consideraban de su pueblo o españoles y no había una conciencia regional. Pero lo triste es que esa identidad regional se ha construido en negativo, de una manera victimista. Somos la gran víctima de los demás: de los catalanes, de los aragoneses, que si no nos quieren, que si no nos quieren dar agua, que si Zapatero no quiere que nos desarrollemos... Valcárcel ha conseguido crear esta especie de identidad regional en negativo que no nos lleva a ninguna parte; de hecho, lo único que hemos conseguido es ser percibidos por la mayoría de las comunidades españolas como unos pedigüeños, como una comunidad que se cree el ombligo del mundo y la única que tiene problemas con el agua.

-Y, ¿cuál es en su opinión la realidad de esta Región?

-Que seguimos estando a la cola en todos los niveles de desarrollo: social, cultural, medioambiental... Y aquí no pasa nada.

-El Gobierno regional se felicita por la paz social alcanzada, ¿no valora usted que así sea?

-Valoraría más que eso se reflejará realmente en una mejora de la situación. Desde el Foro Ciudadano hemos cuestionado muchas posiciones que han mantenido UGT y CC OO porque creemos que en una comunidad como Murcia, con los niveles de paro que hay, la precariedad laboral y el atraso en políticas sociales y educativas, es sorprendente el permanente apoyo de UGT y CC OO a todas las políticas y los pactos que les ha ido ofreciendo el Gobierno de Valcárcel. Eso ha generado una sensación de unanimidad social que lo que ha hecho ha sido desarmar la crítica, la oposición y la discusión de las políticas cuando éstas no funcionan. Y se han firmado muchos pactos que nunca se han cumplido.

-Tampoco desde la Universidad se escuchan muchas voces críticas.

-También a mis compañeros, y a mis rectores, les he pedido que la Universidad cumpla un importante papel que también le corresponde: tener una voz, una presencia más activa en los debates y en las grandes cuestiones regionales. Pero no es así, y la Universidad también contribuye a esa curiosa unanimidad que, insisto, es un síntoma de nuestro atraso democrático.

-¿Hay posibilidades de que el PP deje de gobernar en la Región?

-No, no, a corto plazo en absoluto. Vamos a tener un gobierno del PP por mucho tiempo.

-¿Y el PSOE?

-Tiene una responsabilidad enorme en lo que está pasando, en cuanto que no ha sido capaz de organizar una oposición fuerte, diferenciada y capaz de convencer a los ciudadanos. El PSOE tiene también sus trapos que lavar, y eso genera en la gente de izquierdas una sensación de orfandad política. No, no hay en Murcia una oposición creíble, capaz de generar ilusión.

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