lunes, 26 de enero de 2009

CIUDAD DE MURCIA 0 - 0 UNIVERSIDAD L.P.

Cuando no juegas a nada, cuando no consigues dar más de dos pases sin perder el esférico, cuando la garra brilla por su ausencia, cuando solamente esperas que salte una chispa para ganar un partido, lo más normal es que pierdas o empates como mal menor. El Ciudad desde el inicio dejó claro que el de ayer no era su partido. Faltaba verticalidad, claridad en el centro de campo, ambición en la delantera y sobre todo ganas en la disputa del balón.
Mientras, el Universidad de Las Palmas se mostró con hechuras y que metió al equipo de Beto en más de un aprieto, pero el equipo canario tampoco es nada del otro jueves y se conformó con un empate que a los murcianos no les sienta nada bien de cara al partido de Cartagena, mientras que a los insulares les permite sumar un punto que les sabe a gloria y que de alguna manera no esperaban.
La primera mitad fue para olvidar cuanto antes. El equipo de Beto Bianchi apenas tuvo ocasiones dignas de mención y todo el juego trascurrió en la parcela ancha del terreno de juego.
Por eso, se esperaba con ansiedad una salida en tromba del Ciudad tras el descanso. La cosa mejoró, pero no mucho. A los diez minutos de la reanudación, el Ciudad se encomendaba a las subidas por banda de Martín Ortega,que si bien conseguía irse casi siempre de Ismael, a la hora de centrar no estaba acertado.
La ineficacia local daba alas a los canarios, que tendrían su ocasión mas clara en el minuto 68, un balón tonto que se pierde en la línea de medios lo aprovecha Javi Álamo para irse en velocidad y plantarse delante de Zapata, el espigado delantero centro del Universidad disparaba alto cuando ya su banquillo se encontraba celebrando el gol.

La oportunidad más clara para el Ciudad -y única- ocurriría en el 72, en un disparo de Aid Slimane que sacaba casi debajo de los palos Sarmiento, que con diferencia fue el mejor jugador visitante, importante en el juego aéreo, sobrado en el cruce e impecable por bajo. El capitán del Universidad tuvo gran culpa de que el equipo murciano no consiguiese más aproximaciones.

El partido se fue muriendo y aunque Aid Slimane dio otro aire al ataque, todo eran latigazos que no pusieron en aprietos a un Santi Lampón que tuvo un partido muy plácido. Y es que cuando menos minutos quedaban, más parecía que en una salida a la contra los visitantes podían conseguir el triunfo, pero Mikel Méndez se mostraba intratable. El vasco se está convirtiendo en un bastión importante, casi imprescindible.
Sin más, y con cuatro minutos de descuento que no sirvieron para nada, se llegó al final de un partido que rompe la racha de victorias del Ciudad de Murcia.

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