Apología de la corrupción SI. Derechos ciudadanos,… depende.
Los políticos han ganado el desprecio de muchas personas, no solo en España y concretamente en Murcia, sino que también fuera de las fronteras. Un pensamiento globalizado y generalizador mete a todos en el saco de basura, sin distinciones.
Constatamos como políticos corruptos son ovacionados por seguidores sectarios, tal es el caso de Fabra, reelegido líder del PP en Castellón, aún con el peso de numerosas imputaciones, pero con el apoyo de 12000 militantes, que le dieron el record de porcentaje en apoyos.
Grecia protagoniza en estos días, el hartazgo de jóvenes, a quienes una muerte colmó el vaso de la paciencia: “¡Hasta aquí hemos llegado!”, han sentenciado . Mientras observan atónitos cómo políticos aumentan sus cuentas corriente, y ellos, con estudios universitarios, solo pueden trabajar de telefonistas o taxistas con un sueldo mínimo. Se han hartado y comienzan a usar la violencia como un medio más para expresar sus reivindicaciones, como una manera de reclamar un lugar en esta sociedad consumista y avariciosa.
Pasa en Grecia, como pasará en España. Los ciudadanos se están organizando al margen de los políticos y un sentimiento de rechazo hacia ellos va aumentando considerablemente, como si estar en política fuera estar con el mismísimo demonio.
"Cuando no vigilas lo que tienes que vigilar, cuando no te ocupas de lo que te tienes que ocupar ni proteges lo que debes, suceden estas cosas.” Esto decía un abuelo en Grecia ante el caso del joven muerto por una bala. Cuando ves a las fuerzas de seguridad ocuparse de estupideces, y a miles de ciudadanos “tontos de los cojones” que siguen votando a corruptos, te embarga una gran sensación de injusticia.
El sentido común se aleja de la jurisprudencia, como el caso de esa madre que debe de alejarse de su hijo por una bofetada sin distinguir el mal trato de un acto de corrección en circunstancias muy tensas; cuando te viene una multa de 300 euros del juzgado por no devolver una película en un video-club o ves metido durante horas maniatado en un calabozo a un joven por ser sospecho de tener tres plantas de marihuana en el terreno baldío de al lado de su casa. O el Juez Calamita antepone sus creencias religiosas, como “mártir”, en la aplicación de la justicia. Llegas a la certeza que estás ejerciendo muy bien el papel de ciudadano “gilipollas”.
Cuando ves sentencias desproporcionadas y observas por otro lado a esa gentuza, que han ensuciado la palabra política, usa cargos públicos para lucrarse a costa de tus impuestos, para apañar puestos de trabajo fijo, subvenciones suculentas a gente dócil, información privilegiada para recalificar terrenos, y una serie de hechos delictivos como cohecho, prevaricación, ocultación de delitos, vulneración de correspondencia y un cúmulo de indignidades para mejorar su propia vida, alzando las banderas del bien común, así como utilizando símbolos religiosos como cruces o en nombre de dios y de todos los santos, la gente tiene dos caminos: indignarse y actuar, o reírse y dejar hacer a los otros.
Cuando ha estallado lo de Grecia, y en Madrid detienen a otros “radicales” y en Barcelona a otros tantos, no se puede salir diciendo que eso es la respuesta a las injusticias porque te dirán que están fomentando la violencia, pero si sales palmeando a presuntos ladrones y estás haciendo apología del delito de corrupción, eso está bien visto. Y entonces sale uno bailando una jota al alcalde de Librilla, y salen los palmeros en el Pleno de Totana, y más palmeros en las puertas de los juzgados. Eso es apología de la corrupción, con todas las letras.
Por otro lado, ves como hay más gente sin trabajo, más casos de desalojos, despidos improcedentes y regulación de empleo aprovechando la crisis. También ayudas a la banca cuando han sido los principales responsables de esta hecatombe mundial. Nuevas puertas blindadas a la universidad para los más necesitados y un amplio negocio para que las empresas cuenten con profesionales ad honoren; becas que no serán becas, sino préstamos; mercantilismo educativo en donde las investigaciones serán lideradas, aún más por los intereses económicos.
Comparas y no ves más que injusticias, sinrazones, cambalaches y un estrecho pasillo a las soluciones.
Por eso se usa la violencia manifiesta, atacando la otra violencia de guantes blancos, que ejercen muy bien los corruptos.
Hace tiempo escuche varias frases, que dan que pensar:
“Aquí hay dos caminos, ante la injusticia: usar la lucha armada o todo lo contrario, beber, comer y follar, pero si no eliges entre esas dos opciones y estas en el medio eres un gilipollas, yo por ahora elijo la última de las opciones”.
“Si no nos escuchan, vamos a tener que empezar a quemar contenedores”
“Ya nos estamos cansando, y si la gente no ve a los corruptos pagando sus delincuencias, tomaremos la justicia y la haremos nuestra, la gente cuando esté económicamente acorralada, saldrá a la calle y no pacíficamente, no le quedará nada que perder”
Y esto no es para quedarnos tranquilos, es más bien para preocuparnos, hoy mismo despertamos con la noticia que en Murcia, los antidisturbios cargaron con balas de gomas y porras a 200 jóvenes que se manifestaban contra el desalojo, dudosamente legal, en el Centro Social Okupado La Fábrika de Hielo.
Lo único que hicieron estos jóvenes es rehabilitar una fábrica abandonada , llena de ratas y desperdicios, convirtiéndola en un Centro Social con numerosas actividades que no hacen mal a nadie y que son manifestaciones del arte urbano en muchas ocasiones, así como films, agricultura ecológica, bailes, …. Alguien ha considerado que estas actividades eran ilegales y quizá peligrosas, contrariamente a las manifestaciones de apología de la corrupción que realizan los seguidores de Alcaldes imputados a la puerta de los juzgados, de la cárcel de Sangonera y de los Ayuntamientos investigados por la justicia.
Los corruptos están en el sistema, pero los llamados antisistema molestan.
La vara de medir es diferente, para unos y para otros. Y quien siembra vientos, recoge tempestades.
Tenemos la rabia, la rabia del pueblo.
viernes, 19 de diciembre de 2008
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