
Pues con la Ertzaintza, probablemente la policía mejor pagada de Europa, que no dudo en escoltar a los asesinos de Aitor Zabaleta por Bilbao, que entraron al estadio en el minuto 35.
Pero no sólo entraron tarde, también tardaron en salir, y es que la afición de San Mamés convirtió los alrededores del estadio bilbaíno en un campo de batalla, con contenedores quemados y volcados sobre la calle, peleas y cargas de las fuerzas de seguridad.
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